lunes, 17 de marzo de 2008

Las islas Angistri y Aegina

Llegó el momento del primer baño de sol a orillas del mar aprovechando que en Grecia el día 10 era fiesta: Katharí Deftéra, el primer día de Cuaresma, que los griegos festejan volando cometas en todas las ciudades del país. La mejor opción, después de varios planes fallidos, fue ir a relajarnos a la isla de Angistri y parada en Aegina a la vuelta. (foto en el puerto del Pireo, por la mañana temprano antes de embarcar, con el típico carrito de "koulouris", rosquillas de pan con sésamo, uno de los vicios de los griegos y de todo el que lo prueba!)

Angistri es una isla pequeña en el golfo Sarónico (las islas más cercanas a Grecia, a una hora del Pireo). El tiempo, buenísimo, nos inflamos de vitamina D y nos llevamos un bonito bronceado de recuerdo. En realida aquello era como un gran monte de pinos rodeado de agua y tres aldeas a nivel del mar. Atravesar la isla de lado a lado, subiendo y bajando el monte, (nuestra actividad preferida aquellos días) nos llevó unas 2 horas. (al fondo se divisa nuestro hotel con vistas al mar ;-) y el enorme pinar!)

Las vistas eran espectaculares y, aunque no pudimos disfrutar del mar dándonos un chapuzón (el calor no era para tanto...), lo hicimos observando su agua cristalina y fotografiando sus colores... Y vamos con el tema gastronómico, que no es por ser pesada pero es que estuvimos los tres días comiendo pescado fresco, marisco, pulpo, calamares...madre mía! y qué bien cocinan allí, esos platos caseros... merece la pena ir a Angistri aunque sea sólo para comer! (con mis compis de viaje, Teresa, Carmen y Babis)

En la primera inspección de la isla, subiendo al monte, sólos, qué relax! olía a pino, aire puro y de fondo el sonio de las olas del mar... eso sí que fue purificación de cuerpo y alma!

Segunda expedición a Limenaria. Al bajar el monte nos esperaba un tentempié en una aldea con un par de calles (en verano seguramente aquello se multiplique), en una taberna de las auténticas y con gente encantadora. La mejor recompensa después de caminar 6km, o eran 4,5km o 4km...? encontramos varias señales en el camino y cada una indicaba una cosa diferente!...

Y como siempre, curiosidades que llamaron nuestra atención:

A la llegada a la isla nos hacen ir a buscar a Mr Dyonisos a un hotel que no era el nuestro, nos dicen que el señor nos va a ayudar y llevar al que sí lo es (a sólo 100m)... sin entender muy bien por qué, hicimos lo que nos decían y ahí está! el señor, muy amable, dueño de tres hoteles de la isla nos quería llevar las maletas con su servicio "moto exprés"!

Lo primero que vemos al llegar, esta pequeña playa con la típica iglesia de las islas, de ese azul griego...

Y en una de nuestras excursiones nos encontramos en medio de la montaña estas dos casas casi adosadas, de nuevo el "azul isla griega"...

En el mismo paseo, casas de lo más variopintas, ¿y esa escalera suspendida en el aire?


Nosotros decidimos ir andando a Limenaria, las otras opciones: bici, moto o coger este autobús que cubría el trayecto aldea grande - aldea chica...

Y como con dos días nos sobró y bastó para conocer la isla en profundidad, las aldeas y hacernos colegas de los vecinos, el último día decidimos pasarlo en Aegina, que comparada con Angistri me pareció la gran metrópoli! tiendas, restaurantes, puerto náutico, coches... habíamos regresado a la civilización!

Al fondo, los pulpos que ya se empiezan a ver colgados en los puertos. Tomando el sol, secándose, te puede alterar un poco el estómago sobre todo si te toca comer con uno encima, pero cuando pruebas la versión "pulpo a la brasa", muy típico, os aseguro que repitís!

Y donde casi nos volvemos a sentar para comer marisco fresco fue en este callejón justo detrás de la pequeña lonja al lado del puerto. Las mesas están colocadas junto a los puestos de pescado, parecía que hasta los mismos pescaderos te lo preparaban en la mesa y aunque el olor era un poco fuerte (como comer dentro de una pescadería) creo que cualquiera haría el esfuerzo...

En esta foto, la terraza en la que desayunamos una de las mañanas... Hemos desconectado de verdad en estos tres días, descansar en plena naturaleza y comer a cuerpo de rey el principal motivo, que sumado a comida de calidad, pescaíto, sol y ejercicio, es igual a vida sana!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay, cuánta envidia me das!!!!

Un beso fuerte desde Bruselas y casi ya en el aire...

rubén dijo...

Me ha vuelto el sabor del Retzina. Ya estoy deseando volver.