Explorando el Peloponeso

Este fin de semana ha tocado por fin descubrir parte de la península del Peloponeso con mis compañeros de viaje María, Teresa, Elisa, Fran, Javier y Juan Pablo. El Canal de Corinto, Micenas, Nafplio y Epidauro han sido los destinos elegidos para inaugurar esta primera expedición (¡serán necesarias muchas más!).

Lo primero que nos encontramos: el Canal de Corinto. Une el Golfo de Corinto con el Mar Egeo, inaugurado en el 1893 (aunque ya los romanos comenzaron a construirlo) y vía para el transporte marítimo evitando que se de un gran rodeo. Separa el Peloponeso del resto de Grecia.

Allí estuvimos un rato disfrutando de las vistas, de ese agua azul turquesa, del viento huracanado que nos acompañó todo el viaje y esperando a que el barco pasara por debajo de nosotros.

Vuelta al coche dirección Micenas y aquí hay tanto que contar… Civilización Micénica, para situarnos, entre el 1600 y 1100 a.C. = final de la Edad de Bronce (casi nada). Visitamos su yacimiento arqueológico entrando a la ciudad por la conocida "Puerta de los Leones", famosa por sus esculturas de gran tamaño, 3m de altura.



Y así seguimos paseando por sus calles, visitando lo que queda del cementerio, el palacio, templo, casas, estudiando su sistema de cisternas de agua subterráneas (increíble)… también hubo intentos por ponernos en la piel de esos guerreros micénicos y ahí está el resultado...

Encontramos esta gruta, en la que entramos sin vacilar hasta que la ausencia de luz no nos dejaba ver qué era exactamente lo que pisábamos o lo que nos estaba cayendo encima... ¿Su significado? no me quedó muy claro...pero no nos fuimos sin fotos (hasta dentro de la gruta hacía aire! Hay que cortarse el pelo ya!)



Después bajamos de la colina en la que se encuentra la ciudad para visitar algunas tumbas. Eran abovedadas, de gran tamaño, me recordaban muy ligeramente al Panteón de Roma pero sin ese agujero en el centro... Aquí estamos el grupo en una de las que estaba al descubierto.

La última visita fue para la tumba más importante. Se cree que estuvo enterrado Agamenón, héroe de la mitología griega, al encontrar allí su famosa "Máscara de Agamenón" (máscara funeraria). Imagen a la entrada (todas eran iguales) y del interior.

El hambre apretaba así que llegó el momento de ir a comer a Nafplio donde nos esperaba un buen pescado (dorada, lubina...). La ciudad fue la primera capital de Grecia hasta que el rey Otto decidió que le gustaba más Atenas... Este es el puerto, con el Castillo de Bourtzi en el medio; su fin era proteger a la ciudad de piratas e invasores que llegaran por mar.

Esta es una de las plazas de la ciudad, al lado del puerto. Y en la colina la Fortaleza Palamidi, construida por los Venecianos durante su segunda invasión y que posteriormente fue utilizada como cárcel.

Por último, Epidauro y su Teatro. Esta inmensa mole es del s.IV a.C. es el mejor conservado de todos los teatros y el menos restaurado. Tenía capacidad para 14.000 personas! hoy día hay representaciones en festivales de verano.

Decían que la acústica era incríble ya que los espectadores de la última fila podían escuchar a los actores hablar en voz baja. Nosotros hicimos algunas pruebas y la verdad es que funciona! es típico lanzar una moneda en el centro de la orquestra para que los que estén arriba puedan comprobar la acústica... y subir costó lo suyo...menos a Javier que lo hacía dando saltos!

Antes de marcharnos hicimos de espectadores y nos sentamos en sus "butacas" de mármol; que bien se ve y escucha todo desde cualquier punto! no importa el número de asiento que te toque ni lo que pagues...

Y hasta aquí pudimos llegar en este primer viaje. Me encantó, creo que a todos, lo hemos pasado muy bien, así que se harán más visitas al Peloponeso porque todavía queda mucho por ver y no menos sorprendente: Olimpia, Esparta, Patras...